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sábado, 12 de febrero de 2011

REVOLUCIÓN PACÍFICA


Me gustaría que esto fuese el comienzo de algo importante, de algo relacionado con la libertad de decidir, de elegir.

Ni siquiera los pueblos con mas antigua tradición democrática deciden en total libertad. De hecho, hasta el candidato mas –aparentemente- inocente, está puesto ahí por alguien. A ese alguien no llegamos, pero nos huele a aquellos que mueven grandes intereses económicos mundiales.


Centrándonos en Egipto –de Túnez nos dejaron de informar hace semanas- creo que realmente el pueblo ha luchado unido. No se si se ha conseguido expulsar definitivamente a su presidente, ojalá, pero han protestado durante semanas en un plaza y el mundo les ha observado con atención. Yo con admiración, porque me parece que su actitud, su unión, su convivencia y su educación nos tienen que hacer pensar, aunque sea solo un rato.
Esas personas gritando, protestando, con sus pancartas, sus fotos –algunos muñecos algo grotescos, de acuerdo- pero haciéndolo pacíficamente. Una cosa que durante los primeros días de la protesta me llamó la atención fue, que después de comer todo lo que encontraban en las tiendas ambulantes que se situaban en las calles de acceso, se dedicaban a limpiar la plaza en grupos totalmente organizados. La calle es de ellos, del pueblo.

¿No es eso civismo? ¿De ese del que tanto presumimos en nuestros “maravillosos” pueblos occidentales?
Me doy cuenta de que en eso nos superan, son mas respetuosos de lo que nunca hemos sido nosotros y estoy convencido de que esto les llevará a una democracia, sistema imperfecto pero, para mí, mejor que cualquier dictadura. Dictadura como esas de las que disfrutan unos pocos “elegidos” –por nuestros países occidentales- y sufren una gran mayoría.
Llamadme iluso pero esto, internet, ayuda a cambiar el mundo, espero que para bién. Ojalá.
Bien por el pueblo de Egipto.

martes, 1 de febrero de 2011

SENTIR



Es emocionante ver como él SIENTE la música, da envidia. Que pena que con la edad perdamos esa naturalidad, esa expresión sin vergüenza, esa fuerza. No se si llegará nunca a tocar un instrumento, siquiera que le guste la Música, pero no importa, al menos sabrá que un día, cuando era niño, la Música le entraba por todos sus sentidos y le emocionaba de esta forma. Quien pudiera no perder nunca la capacidad de SENTIR de esa manera.